Proyecto: ¿PREJUICIOSO YO....?

Metáfora de la evolución del proyecto
El vuelo de la golondrina
Me disponía a salir de casa como cada mañana a las 7:00. Arrebolado por el transcurrir de la noche, alzando la mirada para seguir los dibujos en movimiento de las golondrinas viajeras.Sabía lo que iba a ocurrir pero ya no lo temí como la primera vez. Incluso lo esperé con impaciencia.
Una golondrina que nos ayude a encontrar y reconocer que el vuelo libre y sin prejuicios sea la razón de reconocer el valor de los seres. Una golondrina que a través de su vuelo recorre de norte a sur y de este a oste.
Golondrina que en su paso reconoce las diferencias de una costa llena de encanto y de historia, que en cada pared de sus edificaciones nos muestra la creatividad, el trabajo, el valor de hombres y mujeres que forjan una vida mejor cada día. La costa que en sus arenas nos deja descansar y soñar libremente pero su fragilidad y débil unión permite que se las lleve el viento y las mueva de un lugar a otro con tanta fácilidad. Una mar que en sus aguas saladas nos muestra cuan apreciable y placentera y cuan perjudiciales y peligrosas pueden llegar a ser.
El viaje de la golondrina a través de la sierra, nos muestra la fortaleza, de una cultura ancestral y milenaria que vive y late en los corazones de los peruanos.
· Donde de trás de la piedra se mira la resistencia, el trabajo, el esfuerzo, la valentía y la creatividad de nuestra gente.
· Donde de trás del maiz se reconoce la fortaleza de las manos que labran la tierra con la esperanza de llegar a tener una vida mejor, una vida de equidad donde las diferencias económicas no sean los pretextos para la discriminación.
· Donde el chullo, la chompa de lana, el poncho y la chalina no sean producto de la mirada éxotica y de moda, sino que se reconozca en ellas el aporte de una cultura que pugna por mantenerse viva como un acto de equidad y justicia.
Golondrina que en tu paso nos enseñas a sentirnos orgullosos de lo que somos, de lo que tenemos, de lo que valemos. Si alguien se enorgullece tanto de tener a Machu Picchu como maravilla, ¿Por qué no se orgullece de la misma manera de tener a hombres y mujeres peruanas cuyas manos son los mismas que ayer pudieron crear y construir tan magna belleza?.
¡Oh Golondrina!, tu que en la fortaleza y agilidad de tu vuelo, nos muestras una trayectoria libre de prejuicios y de servidumbres. Nos transportas a la selva donde la mística de su bosque y la belleza de sus ríos nos muestra la libertad con la que transcurre una vida, donde no se siente la necesidad de avanzar y retroceder en función de los intereses ajenos, sino donde la convicción de los ideales y la búsqueda de los fines nos permita avanzar a través de la tierra, del aire y del agua.
Golondrina que en tu vuelo, en la sincronización de tus movimientos y en la unión ante los problemas; nos das una lección de lo que es trabajar en equipo, que va mas alla de las diferencias, porque en el reconocimiento de las diferencias y en el significado de la justicia nos enseñas a construir una sociedad únida y equitativa.
En el vuelo de la golondrina, aún más importante que los objetivos es la trayectoria. En el proyecto hemos entretejido, sobre el tapiz de realidades variopintas, los rostros de cercanos personajes que develaron una vida con ataduras, la piedad y el afecto, en algún momento el miedo, o el absurdo cómico de una vida imposible.
Un vuelo hecho de reflexiones. Algunas de ellas tan pequeñas, pero significativas, como el de cuestionar hasta lo más obvio y mirar los verdaderos rostros ocultados de trás de máscaras, lo que en un primer momento hacen los protagonistas de este vuelo como un gesto sin importancia, pero que a lo largo de la historia adquirirá su pleno significado.
Los participantes a través de los cuestionamientos y reflexiones, andanzas y vivencias personales, desenmascaran la hipocresía y la superficialidad de los hombres en materia de sentimientos. Los conflictos culturales en el que se meten los protagonistas y los comentarios suspicaces que se escuchan en el camino, apuntalan la vision crítica y mordaz de una sociedad donde los hombres no destacan precisamente por su individualidad y por sus potencialidades. Una sociedad que proclama la individualidad pero que cuestiona fuertemente las diferencias.
Golondrina, que en la métafora de tu vuelo, aprendimos a reflexionar sobre cada uno de nuestros prejuicios y estereotipos, sobre cada uno de nuestros actos discriminatorios. Lleva con nosotros el mensaje de unión, de equidad, de respeto y reconocimiento de cada una de nuestras diferencias.
Golondrina, que en resumen nos permitiste


“Mirar las generalidades para identificar las particularidades y mirar las particularidades para ser tolerantes”.

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